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HISTORIA FOTOGRAFICA

ALCALDES DE POZUZO

HISTORIA DE POZUZO

Es muy probable que la presencia del hombre en Pozuzo se remonte hace 35000 años. Los vestigios antropológicos hasta ahora encontrados, indican la probabilidad de la existencia de grupos étnicos entre ellos los amajes, amueshas (yaneshas), lorenzos, panatahuas y cashibos. Todos ellos desarrollaron su cultura, tuvieron épocas de auge y supuestamente grandes poblaciones. Estos grupos fueron desapareciendo por la presencia española, por la sublevación  de San Juan Santos Atahualpa en el año 1742 y por las enfermedades traídas por los conquistadores, especialmente la viruela negra  que en 1805 termino con las ultimas 5 familias de la zona, quedando el valle deshabitado aproximad amadamente por 60 años. La presencia de estos grupos quedo muy bien documentada  en las crónicas de los misioneros Franciscanos cuyos archivos hoy pueden ser vistos y apreciados en el Monasterio de la Orden Franciscana de Ocopa-Concepción en el valle de Mantaro. Los franciscanos tuvieron una participación loable toda la vez que son grandes evangelizadores de la selva del Perú.
El 6 de diciembre de 1855, Mariscal Ramón Castilla y Damián Freiherr Schütz Von Holzhausen firmaron el contrato para introducir 10 000 colonos europeos al Perú  en el término de 6 años, específicamente con destino al Pozuzo y Mayro.

Durante 14 meses de preparativos se trabajó organizando el primer grupo. Según las crónicas parroquiales de Silz- Tirol, se conoce que un grupo partió del pueblo de Silz un 16 de marzo de 1857, que en su recorrido a través de Alemania  hacia el puerto de Amberes (Bélgica) reuniera aproximadamente 194 tiroleses y 104 alemanes, entre campesinos y artesanos. Acompañados de su guía espiritual el Padre José Egg, y fortaleciendo en su fe cristiana, el 26 de marzo abordaron el Barco Norton de bandera inglesa fletado por el gobierno peruano con destino al Callao vía Cabo de Hornos. Ese mismo día en la tarde, bajaron anclas en el puerto de Rotterdam donde 23 parejas contrajeron matrimonio con la autorización del arzobispo de Holanda. El viaje por el Atlántico resulto muy penoso y llegaron al puerto del Callao el 28 de julio del mismo año como lo afirmo Ana Katherine Egg en su diario.  Se trasladaron hacia Huacho y seguidamente continuaron el duro camino que los condujo a Pozuzo pasando probablemente según algunos investigadores  por los poblados de Sayán, Pampas de Junín, Cerro de Pasco, Acobamba, Santa Cruz y Delfín. Sin embargo, otros afirman que la ruta tomada fue Sayán, Chiuchin, Rapaz, Quisque, Pampas de Junín, Cerro de Pasco, Alcas, Sunic, Acobamba, Santa Cruz y Delfín.


El grupo se estableció en forma temporal en Santa Cruz por un periodo de 18 meses pero la noche del 28 de febrero de 1859, un huaico cayó sobre el improvisado poblado arrastrando a 5 de los inmigrantes.
La travesía duro 2 años debido a la falta de caminos y a muchas adversidades como falta de víveres y enfermedades  de la desconocida selva peruana. La desilusión cegó los ojos de muchos viajeros, sin embargo su profunda fe les dio el valor necesario para iluminar nuevamente la esperanza y llegar a la tierra prometida, a la cual llegaron en forma gradual.

 

En los archivos parroquiales de Pozuzo quedo  grabado el acta firmada por el Padre José Egg e inmigrantes del segundo grupo que desembarcaron  en el huacho el 25 de julio 1868, quienes solicitaron “que a partir de entonces esa fecha sea considerada como feriado y se celebre una misa de acción de gracias si es posible cantada”. Agustín Egg Schuler, descendiente de la segunda generación nacida en el Perú, investigador de la historia y habiendo revisado  más de 1600 partidas de defunción, concluye que de los dos grupos de inmigrantes, 242 colonos de habla alemana serían los fundadores de Pozuzo cuyos restos descansan en tierra pozuzcina.
Los colonos trajeron objetos y pertenencias, muchas de las cuales se conservaron y exhiben en los museos de Pozuzo.
Trabajaron muy bien con la madera, tanto en la construcción de casas con hermosos balcones y chimeneas, así como también, mesas, sillas, roperos y otras piezas; hilaban y confeccionaban sus propios trajes, curtían el cuero y elaboraban sus propios zapatos. Sin embargo también usaron semillas, raíces, tallos, hojas, flores y piedras.

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